Un racó en el que es permet somiar. Tanca els ulls i estén les ales...

diumenge, 29 de març del 2015

Mil maneras de olvidarte

Dime,
cómo voy a olvidarte
si sé que nos vamos a encontrar.
Cuéntame
el truco para dejar de acordarme
si eres mago
o acaso duende
de un bosque sin sombras.
Nárrame
historias de pasajes fugaces
y trata de borrar la tinta del libro
o quemar sus hojas de metal.
Bésame,
arráncame ese olor
que ya me hago propio
y con acopio de valor
límpiame la huella
que ha hecho mella en mi piel.
Dime ahora
cómo voy yo a olvidarte
si además de no lograrlo
sé que nos vamos a encontrar.
Alguna noche con sol
o en alguna luna del día
nos vamos a mirar
y a partir de entonces
no nos vamos a poder olvidar.

diumenge, 22 de març del 2015

El tribunal dels febles

És irònic com n'hi ha que necessiten trobar un sentit a la seva vida i d'altres, per viure, en tindrien prou amb un rosegó de pa. No és una exageració, és la necessitat de l'individu. I no és jutjable, perquè qui s'atreviria a formar part del tribunal dels febles?
És curiosament irònic ser coneixedor del remei sense poder-ho portar a l'acció. Curiós, com l'humà perdut en la recerca del misteri de la vida, oferint un bocí de pa podria salvar-ne una. I el cercador, amb el somriure de l'afamat saciat, aconseguir així trobar el sentit de la seva pròpia.
És malignament irònic constatar com hi ha qui mor d'inanició en el mateix instant que un altre mor aixafat en l'asfalt. Tenir en una mà la mort i en l'altre la vida, i tallar-ne una o una altra en qüestió d'instants.
Mentre, el tribunal dels febles du una bena als ulls i la maça a les mans, i el pols ben, ben temperat.

dimecres, 18 de març del 2015

Vamos a escondernos

Vamos a escondernos
para luego encontrarnos,
porque si no nos buscamos
porque si no nos seguimos
morirá la llama
que en tus ojos quema
y en mi pecho anida.
Si un día de suerte
sin buscar, hallé
un pedacito de cielo,
no puede ser tan difícil:
encontrarnos
después de escondernos
para luego, amarnos
y así siempre, tenernos.
Vayamos a escondernos…

Pintura: Serge Marshennikov

diumenge, 1 de març del 2015

Ladrones del tiempo

Son ellos, ellos son los ladrones del tiempo.
No los al alcanzas ni tan sólo al vuelo. No los ves pero subyacen en todo momento.
Te agarran de los pies y los atornillan en el suelo. Te sujetan del pelo mientras corre el minutero.
Si te notan sediento, arrasan con lagos para dejarte sin sustento.
Son sanguijuelas que te chupan la sangre, la justa para no acabar con tu vida. Se excitan escuchando tu jadeante aliento, se alimentan de lamentos.
Te consumen hasta dejarte rendido, condenado a la abulia. Y te encuentras solo ante el mundo y su maldito tic tac incesante que es constante en tu cabeza.
Dadme un respiro, por dios os lo pido! Dejadme hacer cuatro cosas antes de ser carroña. No soltéis a los gusanos, que ya huelo el pino del féretro.
Date cuenta, buena cuenta, de que tu agonía no es el tiempo en sí, pues son ellos los culpables. No lo dudes, son ellos, los ladrones del tiempo.